Entre Lunas y Mares, entre "Kiri" Escobar y Pamela Rodriguez
Debo confesar que no soy muy alineado con la Trova ni la Nueva Trova. De hecho, pecaré de hereje para muchos, me aburre Silvio Rodríguez y a Pablo Milanés sólo lo soporto cuando hace algunas cosillas con Sabina. Al único que escuché con detenimiento e hice seguimiento de alguno de sus discos, fue al argentino Juan Carlos Baglieto, cuyo concierto fue escandalosamente suspendido en Lima hace poco. Del grupo de trovadores peruanos, fue a Daniel “Kiri” Escobar al que más atención prestaba, aunque nunca lo escuché cantar en vivo en la década de su mayor auge, es decir los ochenta. Me impactó mucho cuando me enteré de su accidente, no tanto por el morbo de los detalles, sino por el compartir ciertas similitudes con el que sufrí años después.
El 5 de Diciembre tuve la oportunidad de verlo en el ICPNA de Miraflores, junto con una loquita llamada Pamela Rodríguez a la que escuché cantar hace cerca de 5 años en el teatro Peruano-Japonés.
El “Kiri”, dueño y señor del escenario, y la loquita, que tuvo en sus disfuerzos un atractivo especial, nos deleitaron esa noche con un grupo de músicos como Ernesto Hermoza en la guitarra y Leslie Patten en la percusión, de la cual soy su fan más ferviente desde aquella noche.
El 5 de Diciembre tuve la oportunidad de verlo en el ICPNA de Miraflores, junto con una loquita llamada Pamela Rodríguez a la que escuché cantar hace cerca de 5 años en el teatro Peruano-Japonés.
El “Kiri”, dueño y señor del escenario, y la loquita, que tuvo en sus disfuerzos un atractivo especial, nos deleitaron esa noche con un grupo de músicos como Ernesto Hermoza en la guitarra y Leslie Patten en la percusión, de la cual soy su fan más ferviente desde aquella noche.
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