Blanca Varela

Llevar la decrepitud como una flor. O como una corona. Es envidiable el otoño, la segura hermosa dignidad con que se acuestan las hojas de los arboles sobre la tierra.
Es envidiable el invierno de esas latitudes donde la nieve y el silencio se parecen a la sabiduria que nos seduce por su ausencia de sombra

Del libro Triptico, Blanca Varela, Ed. Horizonte, p. 46, 2004

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