Caminando por Kilka me encontré con esta joyita Strip tease quitate el sombrero si lo tienes quitate el pelo que te abandona quitate la piel las tripas los ojos y ponte un alma si la encuentras Del libro Triptico, Blanca Varela, Ed. Horizonte 2004

Me aburre todo. Escucho Pixies y me entusiasmo un rato con "Gigantic" pero luego la nada. Cobain solo logra que golpee mis pulpejos contra la mesa lo que dura Lithium. Ensayo con mi Stratocaster y solo puedo arrancarle caricaturas de Landslide. Carlos siempre es un excelente conversador-anfitrión y nos divertimos mucho cuando despues de varios Navarro Correa terminamos volcando en nuestro prójimo, todo nuestro genético humor negro. Pero esta vez se encuentra extrayendo un tumor de algún encéfalo marchito y probablemente se la pase toda la noche en el quirófano. A Julio no lo cuento pues de seguro buscará una excusa patética para evitarme. Acudo rápidamente a Tom Yorke y cosa rara, me disgusta su lloriqueo. Repaso Page, Rivers Cuomo, Calamaro, McCartney, Smith, Camarón de la Isla, y me parecen anodinos. ¿Estará mi PSA elevado?

Nano me enseñó a escuchar a Pink Floyd. Por eso le debo agradecer por "The Thin Ice", por "Mother", por "Is There anybody out there", por "Nobody home", por "Comfortably numb",por "Goodbye blue sky", por "Empty spaces", por todo Animals (Pigs on the wing 1 y 2, Dogs, Pigs, Sheep). También por todas las suites de "Shine On You Crazy Diamond", por "Welcome to the Machine", por "Have a Cigar", por "Wish You Were Here" y por todas aquellas canciones que nos faltaron escuchar. Gracias por esas mañanas que nunca mas volverán, cuando nos rompíamos los timpanos en el coche repitiendo secciones de canciones, disecando cada frase, cada acorde, en ese quirofano que era nuestro Volkswagen, para entenderlas y disfrutarlas hasta la impronta, lidiando con el trafico caótico y corriendo contra el tiempo para llegar a la hora a tu colegio y yo a mi trabajo. Gracias por esas mañanas sorprendente

Ruedan tus rizos lóbregos y gruesos por tus candidas formas como un rio, y esparzo en su raudal, crespo y sombrío, las rosas encendidas de mis besos. Extracto de "El Vampiro", Los Detectives Salvajes, Roberto Bolaño.