Leche de Tigre

Hace ya varios años, cuando recién empezaba a vivir las delicias de Lima, fuimos en un fin de Rotación de Internado a un guarique ubicado en el Jr. Azangaro, a espaldas de Hiraoka del centro. El lugar se llamaba Sammy y era, como todo buen guarique, pequeño, caleta, con un altillo precario, pero sin el aserrín en el piso con el que conocía otros locales. Era aparentemente uno de esos tantos buenos lugares de buen yantar, discretos, con la única publicidad que la buena sazón difundida de boca en boca caracterizaba.
Escogimos lo mas rico que ofrecía la carta y algún trago. Sin mediar pedido alguno, nos sirvieron como aperitivo a todos los comensales una copa de “Leche de Tigre”. Hasta esos momentos, nunca había probado ese liquido que sale de las mismas entrañas del pez, hasta hace algunas horas vivo. El limón hace de diluyente, de sazonador, de vehículo que rescata absolutamente todas las moléculas que se concentran en el músculo del pez, que a su vez resume toda la vida de este ser en el mar, sea el fito o el zooplacton deglutido, sea la digestión de otros peces mas pequeños, de la energía solar y del vigor acumulado en todas aquellas veces que escapo de una red, de un anzuelo o de la boca de otro congenere mas grande. Ese líquido blanquecino, estaba ahora a mi merced pero además enriquecido con diminutas partículas de apio, ajo, culantro esperando el contacto con mis jugos gástricos.
Antes de aprender a beber vino, aprendí a beber “Leche de Tigre”: La inspección empieza en relación a la ubicación caudal de los sentidos en nuestro cuerpo, es decir primero la visión, luego el olor y después el gusto. Como cuando uno empieza a amar a una mujer: la mira, la huele, la degusta. Así, cuando ahora tomo Leche de Tigre, se excitan sobremanera mis sentidos pues me recuerdan todos aquellos escarceos sensoriales que continuaron despues de aquella primera experiencia en el Sammy. Toda esa energía del músculo del pez concentrada en un líquido casi primigenio, minimalista, primitivo parecia transferirse gratuitamente a mis mitocondrias. Me interesa muy poco si es afrodisíaco o no. A mi, simplemente me estimula por todo lo que me recuerda. Como todos los tragos de mi vida.

Les alcanzo un link de Yanuq con una forma de prepararlo

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